Corazones rotos.

lunes, 8 de junio de 2015

Lo más lejos a tu lado.

A veces las cosas que más ansiamos están tan solo a unos centímetros de nuestros ojos, y sin embargo el ser humano tiene la gran capacidad de distorsionarlas con el medio, llevarlas a un segundo plano y pasar de puntillas por ellas, sin casi notar su presencia. Y de repente, con un mínimo detalle sin importancia... clack! Todo se activa. ¿Sabéis de lo que hablo?. Hablo de ese guiño de ojos, de esa caricia, ese abrazo, esa media sonrisa en cualquier lugar sin relevancia. Una más de tantas, de cientos, que sin embargo, es diferente. Radicalmente diferente para ti.

Lo jodido del subconsciente humano es que siempre se las apaña para hacer ese pequeño gran clack en el momento más inoportuno, cuando no puedes hacer nada por ello. Sólo mirar. Y qué impotencia se siente al mirar y no actuar.

Pero todo son límites propios, personales, barreras invisibles. ¿Y si sueltas la red?, ¿Y si no existieran los momentos inadecuados sino pensamientos inapropiados? ¿Y si todo fuera cuestión de valor? ¿De ganar o perder?...

El valor para cambiar. Vencer el miedo al cambio. Cambiar ese sentimiento interno por un grito a pleno a pulmón. Desatar esa sonrisa contenida, esa caricia, ese tímido abrazo que se muere por no acabar. Y esque a veces las cosas llegan sin avisar y te pillan de improvisto. Pero no hay momentos, no hay lugares, no hay excusas. Tú eres dueño de tu destino y si no arriesgas no ganas.

Asi que... levantemos los ojos al futuro, a la verdad, a nosotros mismos. Y vamos a comernos cada esquina de este mundo, sabiendo que tenemos el poder de decidir qué queremos y qué no. Y nunca, nunca, reprimamos un sentimiento. Porque sentir nos hace humanos. Sentir nos hace ser nosotros mismos. Y que nadie nos juzge por ello, porque si algo no controla el ser humano ni controlará jamás, amigos... es el corazón.

0 huellas

Publicar un comentario