Corazones rotos.

viernes, 6 de mayo de 2011


En la historia del mundo, dieciocho años no es siquiera algo perceptible. En una ciudad, tampoco son algo que pueda significar un cambio importante. En la vida de un árbol, dieciocho años no suponen siquiera un tercio de todo el tiempo que le queda por delante antes de su muerte. En una vida humana, dieciocho años tampoco supone ni la mitad, ni un tercio de la vida que tenemos. ¿No parece algo significativo, verdad?

Sin embargo, dieciocho años es tiempo suficiente para cambiar el rumbo de las cosas más importantes de este planeta. En dieciocho años pueden salvarse muchas vidas, y también generarlas. Puede avanzar la ciencia, y utilizarla para algo verdaderamente útil, como la economía, o la salud, y dejarnos de guerras por conquistar mundos no descubiertos. Seguro, que en dieciocho años la tecnología ha avanzado tanto, que ni siquiera podrá ser reconocible. En dieciocho años pueden hacerse muchas cosas, pero también dejar de hacerlas. Podemos aprovechar dieciocho años para vivir experiencias, para investigar el mundo que nos rodea, para ver muchos amaneceres, y también atardeceres, mejor si son con buena compañía. Dieciocho años son más que suficientes para ganar, y perder muchos buenos amigos. Podemos acertar, equivocarnos; podemos llenar nuestra vida de luz, o echarla a perder. Podemos dar un giro de 180 grados en cualquier momento. Podemos ser los mejores, los peores; ser felices, sonreir, llorar, sentir, querer, amar, odiar, incluso ignorar. Podemos aprender, y dejar de hacerlo. Podemos acostarnos tras una larga noche de fiesta, y levantarnos junto a una persona que nos diga “buenos días, princesa”. En definitiva, podemos hacer tantas cosas como las que podemos dejar de hacer. Yo, he conocido a una de las personas que más oportunidades aprovechan en la vida. Yo, gracias a ella, sé lo que es vivir de verdad. Sin arrepentimientos, sin perder la cabeza (a veces), aprendiendo lo que es realmente importante. Y hoy, hace dieciocho años, nació alguien que sí que es importante. Más que dieciocho años, más que una vida entera. (a tu lado).

Recuerda: La vida es para valientes.

Te Quiero.

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