Asegurarme tu sonrisa es mi rutina preferida, acelerar el pulso al tiempo, en un momento estaré allí, espérame, lo sabes bien: me quedaré. Encontraré la posición en tu mirada, Rescataré tu corazón y en un momento en un rincón te observaré dispuesto a anestesiarte por dentro, donde nadie sabe verte, donde nadie se ha atrevido a entrar, donde dicen que hay peligro de derrumbe, donde a veces siempre duele, donde cuesta respirar. Palidecer de tan felices no resulta tan extraño sobre las hojas y mirarnos, un satélite en tu mano que avanza firme y con aplomo, quizás el mundo no es de todos, es tuyo y mío, es mío y tuyo, nada más.
Corazones rotos.
martes, 3 de mayo de 2011
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